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La prevención de riesgos laborales es fundamental para garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. Un ambiente de trabajo seguro y saludable es un requisito fundamental para el bienestar y la productividad de los empleados, así como para la eficiencia y la rentabilidad de las empresas. El síndrome visual informático, también conocido como fatiga visual digital, engloba una serie de problemas oculares y visuales derivados del trabajo prolongado de ordenadores, tabletas, lectores electrónicos y teléfonos móviles. Las personas con mayor riesgo de desarrollarlo son aquellas que pasan dos o más horas seguidas frente al ordenador o utilizando un dispositivo con pantalla digital cada día.
Muchas personas experimentan molestias oculares y problemas de visión cuando trabajan con pantallas de visualización de datos durante periodos prolongados. El nivel de incomodidad parece aumentar con la cantidad de uso de la pantalla digital. El trabajador medio pasa siete horas al día frente al ordenador, ya sea en la oficina o trabajando desde casa.
Trabajar con un ordenador o una pantalla digital suele hacer que los ojos trabajen más. Como resultado, las características y las elevadas exigencias visuales de la visualización de ordenadores y pantallas digitales hacen que muchas personas sean susceptibles de desarrollar síntomas relacionados con la visión. Los problemas de visión no corregidos pueden aumentar la gravedad de los síntomas del síndrome visual informático o de la fatiga visual digital. Ver un ordenador o una pantalla digital es diferente a leer una página impresa. A menudo, las letras del ordenador o del dispositivo portátil no son tan precisas o nítidas, el nivel de contraste de las letras con el fondo es menor y la presencia de reflejos en la pantalla puede dificultar la visión. Las distancias y los ángulos de visión utilizados para este tipo de trabajo también suelen ser diferentes de los utilizados habitualmente para otras tareas de lectura o escritura.
Además, la presencia de problemas visuales, aunque sean leves, puede afectar significativamente a la comodidad y al rendimiento ante un ordenador o al utilizar otros dispositivos de pantalla digital. Los problemas de visión no corregidos o mal corregidos pueden contribuir en gran medida a la fatiga visual relacionada con el ordenador. Incluso los usuarios de gafas o lentes de contacto pueden descubrir que no son adecuadas para las distancias de visión específicas de la pantalla del ordenador. Algunas personas inclinan la cabeza en ángulos extraños porque sus gafas no están diseñadas para mirar al ordenador o se inclinan hacia la pantalla para verla con claridad. Estas posturas pueden provocar espasmos musculares o dolor en el cuello, los hombros o la espalda. Por todo ello, el trabajo con el ordenador puede ocasionar sintomatología que se relaciona con la postura mantenida de forma prolongada y con el efecto de los movimientos repetitivos que se realizan durante su uso. Además, el mantenimiento del cuello en una posición forzada o tener los brazos suspendidos en el aire sin apoyo durante largos periodos de tiempo, puede dar lugar a dolores y molestias en cuello, brazos, muñeca y mano. Los conocidos síntomas músculo-esqueléticos asociados al uso del ordenador.